Mochileo por la Ruta Panorámica de Puerto Rico – 2

Mochileo por la Ruta Panorámica de Puerto Rico – 2do día

Comenzamos el día más tarde de lo que me hubiese gustado para comenzar un mochileo, pues las lluvias comenzaron cerca de la media noche e intermitentemente durante la madrugada. Aún a las 7.30 AM llovía pero de todas maneras iniciamos los preparativos. Fue un poco complicado pues la lluvia nos obligaba a realizar todo dentro de la caseta. A pesar de eso desayunamos bien y el café… todo un éxito bajo la lluvia.

Luego de guardar todo en las mochilas salimos y desmontamos la caseta. Ya había dejado de llover pero tuvimos que guardar la caseta mojada cosa que añadiría más peso y complicaría nuestro mochileo.

Salimos a las 9.40 AM, tardísimo para mi gusto pero al ser la primera vez que Luis emprendía esta aventura debía explicarle y enseñarle básicamente todo lo que debía hacer. Así que, era algo que debíamos enfrentar juntos. Por otro lado, estaba seguro que al pasar los días, las repeticiones y la práctica harían cada vez más fácil para él hacer las tareas y reducir el tiempo de preparación. En parte, este era uno de los propósitos al participar del mochileo.

Éste tramo tuvo un ascenso particularmente fuerte, nos detuvimos varias veces por el camino, el sudor bajaba por mi rostro, brazos y piernas copiosamente. Aprovechaba las antiguas paradas de transporte público para descansar, realmente nos venían como anillo al dedo pues podíamos sentarnos cómodamente bajo techo. En una de estas paradas y entrando al barrio Guayabota de Yabucoa conocimos a Don Juan, de 94 años, quien se acercó a nosotros para conversar y curioso por lo que hacíamos le explicamos todo.

Luego de un rato nos ofrecía plátanos verdes pues había cortado un racimo y buscaba con quien compartirlos. Luego de agradecerle por su ofrecimiento tuvimos que explicarle que muy a pesar nuestro debíamos rechazar su oferta. Simplemente nos era muy difícil llevar más peso del que llevábamos. Don Juan, comprendió la situación y nos despedimos cordialmente para continuar el camino. Me sorprendió mucho la fortaleza que mostraba al sostener su machete, al caminar y su claridad de pensamientos.

Finalmente llegamos a nuestro destino temprana la tarde, a eso de las 3.00 PM. Montamos rápidamente la caseta para que la misma se pudiera secar bien pues la habíamos guardado mojada. Don Carlos, dueño del Colmado Café Liviano nos permitió acampar en los terrenos de su casa. También nos sorprendió con un plato de arroz con gandules, fricasé de conejo y ensalada para cada uno, lo cuál agradecimos mucho. De más esta decir que estaba sabroso.

Aún tenía la preocupación por el fallo del “rain fly” de la caseta. Pues había pronóstico de lluvias nuevamente para esta noche y para mañana de madrugada. Se me ocurrió una idea y como era temprano me puse a trabajar. Hice unas estacas de madera con unas ramas de árbol y desconecte el “rain fly” de donde normalmente se conectaba a la caseta. Utilicé las estacas para separar el mismo aún más de la caseta. Así aumentaba de esta manera la separación entre el “rain fly” y la caseta.

Había dado mucho pensamiento a este asunto pues ya había impermeabilizado casetas anteriormente y tenia experiencia con los productos que utilicé para hacerlo. Lo único nuevo en la ecuación era que después de aplicado el impermeabilizador y esperar que secara, aplique la Permetrina. No había ninguna contra indicación en las etiquetas de los productos que advirtieran sobre el uso de ambos productos. Así que no había razón alguna, pensaba yo, que explicara el fallo. De todas maneras me comunique la amiga que nos abastecería de suministros en unos días para que me trajera el impermeabilizador nuevamente. Así aplicaría un segundo tratamiento a la caseta en la primera oportunidad posible.

Luego de acomodar todo dentro de la caseta nos acostamos a eso de las 8.30 PM. Como se esperaba, llovió nuevamente a medianoche y en otra ocasión durante la madrugada. Ésta vez sin contratiempo alguno salvo por unas pocas gotas debido a la condensación normal producida por nuestros cuerpos. Algunas gotas se formaban tan rápido por la humedad del aire que terminaban cayendo sobre la “pared” interior de la caseta en vez de bajar por el interior de la pared externa hasta el suelo.

Es completamente normal que se formen gotas de agua en las paredes internas de las casetas. El calor que generan los cuerpos y la respiración producen una diferencia en temperatura entre el interior de la caseta y la temperatura exterior. Esto provoca que la humedad del aire se condense al entrar en contacto con las paredes de la caseta al estar estas mas frías. Como podras darte cuenta, el peso es el principal tema a considerar cuando practicas el mochileo.

Las casetas de una sola “pared” suelen acumular un poco de agua en su interior. Dependiendo de la humedad del aire, las gotas bajan por la pared interior hasta el piso interior. Las casetas de doble “pared” suelen manejar la condensación mucho mejor. Esto debido a que las gotas de agua que se forman en el interior de la pared externa o “rain fly” bajan y termina cayendo fuera de la caseta. Esto mantiene la segunda pared o sea, la caseta cubierta por el “rain fly”, más seca.

Puedes ver el vídeo completo en el siguiente enlace, https://youtu.be/RJ161C-f1YQ

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